Las personas al parecer tenemos
la costumbre de arraigarnos a nuestro pasado, ya sea en la figura de nuestras
malas decisiones, pasando por causas ajenas a nosotros o en todo caso en una
relación con una persona. Vivimos condicionando nuestro futuro en base a
nuestro pasado, y nos tomamos el tiempo innecesario para pasar recordando y
comparando una y otra vez lo anterior con lo actual.
Al paso saldrán inmediatamente
expresiones como: “Si tan solo hubiera hecho…” “Si tan solo me hubiera
sucedido…” “Esto será así, porqué una vez ya fue así” y una ensalada muy bien
sazonada de sentencias que solo nos hacen repetir una y otra vez los actos mal
actuados de nuestro pasado, y que si nos enfrascamos en seguir repitiendo una y
otra vez estas frases convertidas en muletillas seguiremos repitiendo ese
pasado.
En una ocasión tuve la fortuna de
escuchar una comparación que me pareció muy fácil de aceptar y entender. “El
pasado es el espejo retrovisor que esta el centro de su parabrisas, usted lo
revisa para ver de donde viene y saber adonde tiene que ir, pero muchas
personas se les olvida que solo lo deben revisar un instante y devolver su
mirada al parabrisas, y continúan conduciendo viendo el retrovisor para
terminar chocando con un poste o un vehículo como el que venimos viendo por el
retrovisor pensando que lo dejamos atrás.”
Tenemos una tendencia intrínseca a
nuestras emociones el pasar largos ratos de melancolía visualizando como nos
afectaron en su momento aquellas cosas, y como nos afectan en la actualidad,
pero como se dijo anteriormente la única forma de poder conducir con seguridad será
ver hacia el frente por el parabrisas y no hacia atrás por el espejo
retrovisor. Para plantearlo de una forma sencilla, tenemos un enorme cristal
para ver hacia donde vamos y poder ver bien el camino que tenemos al frente y
un pequeño espejo para ver hacia atrás.
Debemos permitirnos nuevas
oportunidades, pero solo lo lograremos si nos permitimos cerrar los ciclos del
pasado, con cada nueva oportunidad que llega hay que hacerle espacio cerrando
un ciclo de tristeza, si llega una persona para amar deja de pensar en la
persona que te lastimo, si llega una idea para avanzar deja de pensar en el
fracaso de una idea que salió mal, no permitas que a atadas a tus pies se
arrastren las cadenas del pasado, se dijo en algún momento que cada error que
cometemos es un eslabón a la cadena, pero no nos dijeron que los eslabones se
rompen con esperanza, amor y fe.
Me gusta mucho usar la imagen de
nuestra infancia ya que es el periodo más fugaz pero a la vez el de más intenso
aprendizaje, ya que entonces teníamos una receptividad enorme a lo que nos rodeaba
y el pasado… pues nos importaba poco. Cuando niños no nos preocupábamos por lo
que paso antes y siempre estábamos dispuestos a darnos una nueva oportunidad
tras otra, ya sea con un amigo o una amiga, ya sea con un juguete que quebramos
y tenemos uno nuevo para volver a empezar, nunca nos quedábamos congelados
pensando en lo malo que nos había pasado siempre dábamos un paso más, tenemos
mucho que reaprender de nuestros niños.
Nunca podremos avanzar hasta que
no nos lo permitamos de verdad, hasta que dejemos de vivir atrapados en
arrastrar las cadenas del pasado, debemos mantener siempre en mente que el
pasado es inamovible e incambiable, solo podemos modificar el futuro hacia
donde vamos y la forma de hacerlo as aprovechar nuestro presente, el momento es
hoy, justo ahora mientras lees estas líneas, cada segundo que pasa ya es pasado,
no se puede recuperar ni volver a vivir.
No podemos permitir que el
presente se nos vaya pasando en vano, dejemos de comparar lo que paso antes con
lo que tenemos hoy porqué nunca será igual, el pasado nunca será el futuro pero
el futuro si será el pasado al llegar su momento, así que. Que decides un
futuro basado en tu presente o un futuro basado en el pasado. Rompamos y
dejemos de arrastrar esas cadenas pesadas que no nos llevaran a ninguna parte.
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Entre tanto hasta nuestro próximo post.
Una estupenda reflexión, Antonio. Realmente es mucho más sencillo avanzar sin los lastres que suponen todas nuestras experiencias fallidas pasadas. El ejemplo del parabrisas y el retrovisor, además de muy gráfico, es muy útil. Procuraré no olvidarlo.
ResponderEliminarGracias por compartir con nosotros, me ha gustado.
Un abrazo!!
Muchísimas gracias Julia es muy gratificante saber que te ha gustado y sobre todo que te llevas un pedacito de mi en una reflexión, esa es mi ilusion mas grande un fuerte abrazo y gracias por venir a visitarme.
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