Continuando con esta historia les traigo el capítulo número seis y para poder ponerse al hilo con la secuencia dejaré los enlaces a los capítulos anteriores al principio de cada entrega:
Capítulo III (Nicolás) click aquí
El tesoro de la tormenta capítulo VI
Adiós Nicolás
Eran más o menos las tres de la tarde, o al menos así lo
calculaban los profundos sorbos que daba a su humeante café, el tiempo se había
ido transcurriendo cual hilos de agua cristalina de entre sus dedos, y las callosidades
de sus manos estaban casi desaparecidas totalmente. Recordaba con cariño aquel
día soleado en el que un anciano le había ofrecido acompañarle a pescar y
enseñarle dicha faena, que para ese momento ya dominaba diestramente como también
las letras.
Su casa ya no estaba vacía como una vez lo estuvo su estómago,
y su corazón nunca había estado tan sereno, como en aquel momento en el que su café
le calentaba las entrañas y le llenaba su nariz de un agradable aroma, en el ático
de su casa yacían sus herramientas que hoy eran de uso hogareño, y en cambio un
pequeño estudio era su guarida mientras se sentaba a escribir las cartas que
previamente le habían dictado sus humildes clientes.
Si algo le había enseñado su historia personal, era a no
aprovecharse de él que tiene necesidad y mucho menos verle como un ser
insignificante, sino más bien hacerle el bien y extender una mano amiga. En más
de una ocasión había hecho de manera gratuita una carta al saber muy bien que
la persona que le dictaba posiblemente había ahorrado un par de días de comida
para poder ir a pedir sus servicios, y se sentía más que complacido al ver los
ojos brillantes y las sonrisas amplias y bellas en los rostros de esas personas
al recibir una carta de bella caligrafía totalmente gratis y a veces además una
buena hogaza de pan caliente.
También además de cobrar un precio justo, diferenciaba de los
de escasos recursos para pedirles cuotas módicas y muchas veces aceptaba
huevos, legumbres o cualquier cosa que la gente humilde le ofrecía al carecer del
dinero, a los que veía con dificultad de movilizarse él les ofrecía llevar el
mismo la carta al cartero para que este la entregara en su destino, cubriendo
muchas veces el mismo el costo del envío.
Pero entre el más daba de si, mas acomodada era su vida y en
lugar de ver un ingreso menor a sus colegas, la enorme fila de gente que se hacía
frente a su casa le aseguraba mucho trabajo y además la posibilidad de poder
obtener su ingreso de vida.
- David, ¿Esta tarde iras donde Nicolás verdad?
- Si amor, jamás dejare de cumplirle mi cita a mi buen amigo
y maestro.
- ¿Y qué le llevaras hoy de comer?, he preparado una comida
exquisita que quizás quieras compartirle.
- Me parece bien, prepárame una canasta para llevársela, y además
le llevare una botella de vino que le compre el sábado y que espero le guste.
- Amor ¿Por qué nunca has traído a la casa a Nicolás, siendo
que le debemos tanto en la vida?
- Lo he intentado infinitamente, pero jamás he podido
arrancarle de ese pedazo de paraíso donde me ha enseñado tanto, pareciera que él
y ese lugar fueran uno solo…
Aquellas palabras de David resonarían en su corazón. Sus pies
recorrían de nuevo el camino hacia aquel bello lugar, parecía que al pasar de
la entrada el tiempo se hubiere detenido ahí llenando de paz y tranquilidad un
pequeño trozo de la tierra, David encontró a su mentor de nuevo en el centro de
la laguneta, pero esta vez había algo diferente en él, sus ojos tenían un
brillo especial pero en cambio su cuerpo se veía muy cansado, él nunca le había
visto así y le inquietó un poco, pero al ver al viejo lanzarse dentro del bote
de un salto se tranquilizó.
- ¡David!, ¿muchacho como estas?, que alegría que estés aquí de
nuevo.
- Nicolás, usted sabe que jamás faltaría a una cita con usted
amigo mío.
Un sincero abrazo envolvió a ambas generaciones, David extendió
al viejo la canasta con la comida y el vino, cosas de las que Nicolás dio buena
cuenta inmediatamente lo cual complació grandemente al joven. La charla comenzó
amenamente hasta que el viejo le dijo algo a David que le volcaría el corazón.
- Muchacho según veo mi enseñanza contigo ha llegado a su
fin, en estos dos años he encontrado en ti a un amigo, un pupilo y aunque tú no
lo creas a un maestro, así que ha llegado el momento de tu graduación y de mi
despedida.
- ¡Pero Nicolás como que su despedida!, además yo no le
enseñado nada a usted sino que usted con sus enseñanzas me sacó de la miseria y
me hizo un nuevo hombre, me enseñó mucho y me convirtió en lo que soy, y ahora
¿se quiere ir?, no entiendo.
- Ja ja, mi joven amigo, me enseñaste a tener valor, me
enseñaste a afrontar la dificultan, me enseñaste a escuchar y abrir mi corazón,
pero sobre todo me enseñaste que con fe, esperanza, y amor, todo se puede
lograr en esta vida. En cuanto a lo que yo te enseñe solo te mostré la puerta y
fue tu decisión pasar por ella, si estas donde estas es porque tomaste el
material que te di y tu construiste con el tu nueva vida.
- Cada día de los que hemos pasado juntos aprendíamos uno del
otro, este viaje nos ha dado mucho a ambos, a ti en este mundo y a mí en el
otro, ven el sábado nuevamente y será el día de tu graduación, además recuerda
que todavía no sabes donde ha estado todo este tiempo “El tesoro de la tormenta”.
- Así lo haré Nicolás, y espero que ese día pueda convencerlo
de que no se marche, además el tesoro de la tormenta es lo secundario al valor
de su amistad, aquí estaré sin falta amigo mío.
Mientras David regresaba a casa y el viejo le observaba
perderse entre los árboles del cauce del río, sintió un profundo dolor en el
pecho al saber que esa sería la última vez que vería al joven, después de todo
era mejor así para ambos, ya que él no comprendería a ciencia cierta lo que ocurría
si él estaba físicamente al explicárselo, pues estaría como en ese momento
cegado por sus sentimientos.
Saltó al bote y remo al centro del río de nuevo, sacó de su
bolsillo un cilindro de metal y coloco dentro de él una carta para David, luego
lo colgó en una rama para que estuviera a la vista del joven cuando el llegara
pasado mañana.
- ¡A muchacho!, si tan solo supieras el profundo aprecio que
siento por ti, no solo por lo que aprendimos juntos, sino como dices por el
profundo valor de tu amistad, cuidate mucho y espero que del otro lado nos
volvamos a encontrar.
De pronto una suave luz empezó a llenar el lugar, y el viejo
con alegría observo el rostro de Jazmín dibujarse entre sus destellos, extendió
su mano y con lágrimas en sus ojos le dijo:
- Jazmín amor mío, viniste al fin por mí, he esperado por
largos años este momento mi cielo, de poder estar contigo para siempre…
En ese instante ella lo abrazó y lo acercó a su pecho, luego
le susurró al oído.
- Nicolás, te amo y siempre te he amado, ahora estaremos
juntos por siempre, cierra tus ojos mi cielo, es momento de descansar y ser
feliz…
Nicolás cerro sus ojos y la luz le envolvió, luego mientras veía
un camino de luz hacia la eternidad una pila de pétalos de cerezo rosa que había
dejado atrás, fue llevada por el viento hacia el cauce del río. Mientras David iba
a casa vio los pétalos en el río y un sentimiento de calma y a la vez de tristeza envolvió su corazón, mientras una suave brisa le envolvió en su camino.
Continuará…
Comparte tus palabras en los comentarios, y si quieres que alguien más lea esto aquí abajo encontrarás la manera de compartirlo en tus redes sociales, también puedes seguirme en
Facebook y en
Twitter para mantenerte al tanto de las siguientes publicaciones. O puedes suscribirte con tu correo electrónico en la casilla de abajo.
Entre tanto hasta nuestro próximo post.
Ahora que el aprendizaje de David está casi completo, el maestro parte para descansar eternamente. Seguro que la carta explicará de un modo claro todo, y es cuestión de esperar para ver su contenido.
ResponderEliminarMientras tanto, y como un fruto más de su aprendizaje, David podrá leer esa carta que, antes de conocer a Nicolás, no habría podido al no saber leer.
¡Un abrazo Anto!
Exacto José Carlos, David ha completado la mayor parte de su aprendizaje, solo le resta su graduación de vida, de igual forma la carta de Nicolás explicará muchas dudas.
EliminarGracias por tu atención a esta historia y un fuerte abrazo amigo
Aunque Nicolás se vaya, y eso me de cierta tristeza, es un capítulo precioso, Anto, una lección de auténtica generosidad. Me ha encantado. Mil besos
ResponderEliminarA mi me dio mucha tristeza despedir a Nicolás, pero su partida espero sea digna a su imagen, David por su parte ha tenido que conocer la profundidad del pozo de una manera dura, por ello y por su maestro a crecido un ser noble en el, y ser alguien de bien le trae mucha bendicion a su vida. mil besos para ti también chari y gracias por estar pendiente de esta historia
EliminarEs muy hermoso, mucho.. esa luz, ese reencuentro con si....
ResponderEliminarGracias Maríjose que gusto tu apreciación, ya es casi el final y espero poder ponerle un brochecito dorado, saludos
Eliminar