El camino de una vida (parte 5)

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Los números recorrían poco a poco la pantalla del elevador, Jonathan prudentemente guardaba silencio, si bien es cierto nunca le ocultaron la situación que envolvía a su familia durante toda su vida era la primera vez que percibía tanta tensión entre su madre y el único padre que él conocía, Diego estuvo ahí desde que él nació y con sus primeros años de vida el amigo de su madre había sido muy importante en su primera infancia y al cumplir sus 7 años se convertiría legalmente en su padre. En su mente estaba Alison su hermana pequeña no hacía más de un mes que celebraban su octavo cumpleaños y sin saber la historia familiar como estaría en ese momento, pero al ver el rostro de sus padres tan perturbado se retenía a preguntar, ya habría lugar para ello pues de momento su joven corazón también latía a mil y se aceleraba con cada piso que subían pues a fin de cuentas y aunque jamás trato con el hombre en camilla este era su padre biológico. Las puertas del elevador se abrieron y mecáni

El tesoro de la tormenta capítulo VI

Continuando con esta historia les traigo el capítulo número seis y para poder ponerse al hilo con la secuencia dejaré los enlaces a los capítulos anteriores al principio de cada entrega:
Capítulo I (El encuentro) click aquí
Capítulo II (Un triste pensamiento) click aquí
Capítulo III (Nicolás) click aquí
Capítulo IV (Un paso hacia la esperanza) click aquí
Capítulo V (Un nuevo comienzo) click aquí

El tesoro de la tormenta capítulo VI

Adiós Nicolás

Eran más o menos las tres de la tarde, o al menos así lo calculaban los profundos sorbos que daba a su humeante café, el tiempo se había ido transcurriendo cual hilos de agua cristalina de entre sus dedos, y las callosidades de sus manos estaban casi desaparecidas totalmente. Recordaba con cariño aquel día soleado en el que un anciano le había ofrecido acompañarle a pescar y enseñarle dicha faena, que para ese momento ya dominaba diestramente como también las letras.

Su casa ya no estaba vacía como una vez lo estuvo su estómago, y su corazón nunca había estado tan sereno, como en aquel momento en el que su café le calentaba las entrañas y le llenaba su nariz de un agradable aroma, en el ático de su casa yacían sus herramientas que hoy eran de uso hogareño, y en cambio un pequeño estudio era su guarida mientras se sentaba a escribir las cartas que previamente le habían dictado sus humildes clientes.

Si algo le había enseñado su historia personal, era a no aprovecharse de él que tiene necesidad y mucho menos verle como un ser insignificante, sino más bien hacerle el bien y extender una mano amiga. En más de una ocasión había hecho de manera gratuita una carta al saber muy bien que la persona que le dictaba posiblemente había ahorrado un par de días de comida para poder ir a pedir sus servicios, y se sentía más que complacido al ver los ojos brillantes y las sonrisas amplias y bellas en los rostros de esas personas al recibir una carta de bella caligrafía totalmente gratis y a veces además una buena hogaza de pan caliente.

También además de cobrar un precio justo, diferenciaba de los de escasos recursos para pedirles cuotas módicas y muchas veces aceptaba huevos, legumbres o cualquier cosa que la gente humilde le ofrecía al carecer del dinero, a los que veía con dificultad de movilizarse él les ofrecía llevar el mismo la carta al cartero para que este la entregara en su destino, cubriendo muchas veces el mismo el costo del envío.

Pero entre el más daba de si, mas acomodada era su vida y en lugar de ver un ingreso menor a sus colegas, la enorme fila de gente que se hacía frente a su casa le aseguraba mucho trabajo y además la posibilidad de poder obtener su ingreso de vida.

- David, ¿Esta tarde iras donde Nicolás verdad?

- Si amor, jamás dejare de cumplirle mi cita a mi buen amigo y maestro.

- ¿Y qué le llevaras hoy de comer?, he preparado una comida exquisita que quizás quieras compartirle.

- Me parece bien, prepárame una canasta para llevársela, y además le llevare una botella de vino que le compre el sábado y que espero le guste.

- Amor ¿Por qué nunca has traído a la casa a Nicolás, siendo que le debemos tanto en la vida?

- Lo he intentado infinitamente, pero jamás he podido arrancarle de ese pedazo de paraíso donde me ha enseñado tanto, pareciera que él y ese lugar fueran uno solo…



Aquellas palabras de David resonarían en su corazón. Sus pies recorrían de nuevo el camino hacia aquel bello lugar, parecía que al pasar de la entrada el tiempo se hubiere detenido ahí llenando de paz y tranquilidad un pequeño trozo de la tierra, David encontró a su mentor de nuevo en el centro de la laguneta, pero esta vez había algo diferente en él, sus ojos tenían un brillo especial pero en cambio su cuerpo se veía muy cansado, él nunca le había visto así y le inquietó un poco, pero al ver al viejo lanzarse dentro del bote de un salto se tranquilizó.

- ¡David!, ¿muchacho como estas?, que alegría que estés aquí de nuevo.

- Nicolás, usted sabe que jamás faltaría a una cita con usted amigo mío.

Un sincero abrazo envolvió a ambas generaciones, David extendió al viejo la canasta con la comida y el vino, cosas de las que Nicolás dio buena cuenta inmediatamente lo cual complació grandemente al joven. La charla comenzó amenamente hasta que el viejo le dijo algo a David que le volcaría el corazón.

- Muchacho según veo mi enseñanza contigo ha llegado a su fin, en estos dos años he encontrado en ti a un amigo, un pupilo y aunque tú no lo creas a un maestro, así que ha llegado el momento de tu graduación y de mi despedida.

- ¡Pero Nicolás como que su despedida!, además yo no le enseñado nada a usted sino que usted con sus enseñanzas me sacó de la miseria y me hizo un nuevo hombre, me enseñó mucho y me convirtió en lo que soy, y ahora ¿se quiere ir?, no entiendo.

- Ja ja, mi joven amigo, me enseñaste a tener valor, me enseñaste a afrontar la dificultan, me enseñaste a escuchar y abrir mi corazón, pero sobre todo me enseñaste que con fe, esperanza, y amor, todo se puede lograr en esta vida. En cuanto a lo que yo te enseñe solo te mostré la puerta y fue tu decisión pasar por ella, si estas donde estas es porque tomaste el material que te di y tu construiste con el tu nueva vida.



- ¿Pero Nicolás…?

- Cada día de los que hemos pasado juntos aprendíamos uno del otro, este viaje nos ha dado mucho a ambos, a ti en este mundo y a mí en el otro, ven el sábado nuevamente y será el día de tu graduación, además recuerda que todavía no sabes donde ha estado todo este tiempo “El tesoro de la tormenta”.

- Así lo haré Nicolás, y espero que ese día pueda convencerlo de que no se marche, además el tesoro de la tormenta es lo secundario al valor de su amistad, aquí estaré sin falta amigo mío.

Mientras David regresaba a casa y el viejo le observaba perderse entre los árboles del cauce del río, sintió un profundo dolor en el pecho al saber que esa sería la última vez que vería al joven, después de todo era mejor así para ambos, ya que él no comprendería a ciencia cierta lo que ocurría si él estaba físicamente al explicárselo, pues estaría como en ese momento cegado por sus sentimientos.
Saltó al bote y remo al centro del río de nuevo, sacó de su bolsillo un cilindro de metal y coloco dentro de él una carta para David, luego lo colgó en una rama para que estuviera a la vista del joven cuando el llegara pasado mañana.

- ¡A muchacho!, si tan solo supieras el profundo aprecio que siento por ti, no solo por lo que aprendimos juntos, sino como dices por el profundo valor de tu amistad, cuidate mucho y espero que del otro lado nos volvamos a encontrar.

De pronto una suave luz empezó a llenar el lugar, y el viejo con alegría observo el rostro de Jazmín dibujarse entre sus destellos, extendió su mano y con lágrimas en sus ojos le dijo:

- Jazmín amor mío, viniste al fin por mí, he esperado por largos años este momento mi cielo, de poder estar contigo para siempre…

En ese instante ella lo abrazó y lo acercó a su pecho, luego le susurró al oído.

- Nicolás, te amo y siempre te he amado, ahora estaremos juntos por siempre, cierra tus ojos mi cielo, es momento de descansar y ser feliz…

Nicolás cerro sus ojos y la luz le envolvió, luego mientras veía un camino de luz hacia la eternidad una pila de pétalos de cerezo rosa que había dejado atrás, fue llevada por el viento hacia el cauce del río. Mientras David iba a casa vio los pétalos en el río y un sentimiento de calma y a la vez de tristeza envolvió su corazón, mientras una suave brisa le envolvió en su camino.

Continuará…




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Entre tanto hasta nuestro próximo post.



Comentarios

  1. Ahora que el aprendizaje de David está casi completo, el maestro parte para descansar eternamente. Seguro que la carta explicará de un modo claro todo, y es cuestión de esperar para ver su contenido.

    Mientras tanto, y como un fruto más de su aprendizaje, David podrá leer esa carta que, antes de conocer a Nicolás, no habría podido al no saber leer.

    ¡Un abrazo Anto!

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    1. Exacto José Carlos, David ha completado la mayor parte de su aprendizaje, solo le resta su graduación de vida, de igual forma la carta de Nicolás explicará muchas dudas.
      Gracias por tu atención a esta historia y un fuerte abrazo amigo

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  2. Aunque Nicolás se vaya, y eso me de cierta tristeza, es un capítulo precioso, Anto, una lección de auténtica generosidad. Me ha encantado. Mil besos

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    1. A mi me dio mucha tristeza despedir a Nicolás, pero su partida espero sea digna a su imagen, David por su parte ha tenido que conocer la profundidad del pozo de una manera dura, por ello y por su maestro a crecido un ser noble en el, y ser alguien de bien le trae mucha bendicion a su vida. mil besos para ti también chari y gracias por estar pendiente de esta historia

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  3. Es muy hermoso, mucho.. esa luz, ese reencuentro con si....

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    1. Gracias Maríjose que gusto tu apreciación, ya es casi el final y espero poder ponerle un brochecito dorado, saludos

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