El camino de una vida (parte 5)

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Los números recorrían poco a poco la pantalla del elevador, Jonathan prudentemente guardaba silencio, si bien es cierto nunca le ocultaron la situación que envolvía a su familia durante toda su vida era la primera vez que percibía tanta tensión entre su madre y el único padre que él conocía, Diego estuvo ahí desde que él nació y con sus primeros años de vida el amigo de su madre había sido muy importante en su primera infancia y al cumplir sus 7 años se convertiría legalmente en su padre. En su mente estaba Alison su hermana pequeña no hacía más de un mes que celebraban su octavo cumpleaños y sin saber la historia familiar como estaría en ese momento, pero al ver el rostro de sus padres tan perturbado se retenía a preguntar, ya habría lugar para ello pues de momento su joven corazón también latía a mil y se aceleraba con cada piso que subían pues a fin de cuentas y aunque jamás trato con el hombre en camilla este era su padre biológico. Las puertas del elevador se abrieron y mecáni

El tesoro de la tormenta capítulo V

Continuando con esta historia les traigo el capítulo número cinco y para poder ponerse al hilo con la secuencia dejaré los enlaces a los capítulos anteriores al principio de cada entrega:
Capítulo I (El encuentro) click aquí
Capítulo II (Un triste pensamiento) click aquí
Capítulo III (Nicolás) click aquí
Capítulo IV (Un paso hacia la esperanza) click aquí

Capítulo 5

El nuevo comienzo.


Dos semanas habían pasado ya de la fugaz incursión en la cantera por parte de David, y pese a que el dinero había empezado a escasear nuevamente, sus ánimos estaban más en alto que nunca, más aun al ver una sonrisa muy especial en el rostro de su esposa, quien sabía que su amado había desterrado del todo en su mente la idea de que ella sería más feliz sin él.

El camino si bien no ha dejado de ser duro, han aprendido que en la unión esta la fuerza y que por más fuerte que sea la sacudida si ellos no sueltan sus manos, jamás nada podrá diluir su felicidad, tanto por el hecho de que ellos eran los artífices de su propia felicidad; como por el hecho de que habían aprendido a que en sus manos están las herramientas para poder construir su destino.

- Amor, esta mañana la esposa de don Amílcar me pregunto si tendrías el tiempo de poder escribirle una carta, ella tiene un familiar en un pueblo al norte a quien quiere saludar pero como ni ella ni su esposo saben leer ni escribir, no han podido hacerlo.

- ¿Y qué le dijiste cielo?, pero primero dime, ¿Cómo saben ellos que yo he aprendido a leer y a escribir?

- Ella me dijo que te había visto en el pueblo hace unos días, y que se pudo dar cuenta que estabas leyendo un comunicado en el mural de la plaza, así que pensó que si fuese así, entonces tú eres un escriba…

David no espero la segunda respuesta de su esposa, y de un fuerte abrazo se despidió de ella dirigiéndose hacia el nacimiento del río, asaltado por la sorpresa como por la duda. Nicolás estaba como era costumbre en el lugar que anclaba su corazón a la vida, pero esta vez lo encontró en el centro del río bajo el árbol del islote.



- ¡Nicolás!

- Hola David,  te estaba esperando, ya has empezado a dar tus nuevos pasos de vida por lo que veo.
La respuesta del viejo le desarmó hasta la médula de sus huesos, no sabía si responder o preguntar algo más, pero mientras sus pensamientos volvían a ponerse en orden, el viejo soldado salto al pequeño bote con el que había llegado al islote, y con una sonrisa iluminada como el sol se dirigió hacia su joven amigo.

- ¡Que tal hijo mío! ¿Cómo van las cosas?, ¿Has hecho tus tareas?

- Este… Sí pero… Espere un momento, ¿usted ya sabía que las personas del pueblo me empezarían a pedir que les escribiera sus cosas verdad?

- ¿Qué pensaste que te estaba enseñando solo para que pudieras leer los comunicados reales? Claro que no muchacho, te dije cuando nos conocimos que no te podía ayudar con dinero, pero que si podría darte el tesoro más preciado de todos, como es el conocimiento y la educación. Tu sabes muy bien que solo las personas acomodadas tienen acceso a la educación en estos lugares, y en los pueblos donde hay algunas escuelas donde los clérigos enseñan las letras están muy lejos de aquí, mi joven amigo, en este lugar es donde puedes convertirte en un escriba y poder ganar dinero de tu conocimiento.

- ¿Un escriba?... ¡yo! ¿Un escriba?, en mi pueblo los escribas vivían en casas muy hermosas, y todos acudíamos a ellos tanto como para que nos escribieran nuestras cartas, como para que nos leyeran las que nos enviaban como respuesta.

- Además hijo como sabes siempre tienen trabajo, pues ellos son los que se encargan de transcribir los libros que el rey quiere que se copien, en este pueblo solo hay dos escribas y muchas personas no alcanzan a ser atendidas en sus necesidades de letras, tanto como por el precio tan alto que cobran, como el poco tiempo que tienen ellos al estar atareados transcribiendo libros. Pero ¿Dime muchacho, estás dispuesto a dejar en la cantera tus sueños detrás de unas pesadas herramientas, o prefieres escribirlos en una hoja de papel con tu mano empuñando una pluma?



Mientras David volvía a casa y el viejo remaba de vuelta al islote, más alegre todavía y citado a continuar con la enseñanza al siguiente día, los pensamientos del joven empezaron a arremolinarse en su mente y su corazón, después de todo el viejo tenía mucha razón, no era para nada seguro que le volviesen a llamar de la cantera, y además el sueldo que el recibía no se igualaba con lo que un escriba podía recibir en honorario a su conocimiento.

Además, Nicolás había tomado a bien enseñarle un poco de matemáticas y conocimientos de ciencia y alquimia, por lo que el simplemente no se estaba volviendo alguien que sabía leer y escribir, sino además en alguien con conocimientos que le abrirían las puertas más allá de la cantera donde había depositado sus sueños.

Y aunque le asaltaban las dudas y los temores, dentro del ardía mas profundamente el deseo de ver mejor a sus esposa, su casa y su futuro, había convertido a sus esposa en el alimento de sus fuerzas y habían retomado junto con ella la buena costumbre de encomendarse a la providencia del creador durante las noches, para que la vida les volviese a sonreír, así que. ¿Por qué no sonreírle primero a ella?, así la sonrisa devuelta sería tan grande como la sonrisa dada.

De vuelta en casa, Rosalinda le abrazo y se sorprendió de ver el nuevo brillo en los ojos de su esposo, un brillo que no solo le auguro una gran alegría, sino además le dio la certeza y la seguridad de que fuese lo que fuese que su esposo le dijera en ese instante, las cosas habían empezado a mejorar.

- Rosalinda ¿Me puedes hacer un favor?

- Dime.

- Dile a la esposa de don Amílcar, que con gusto escribiré su carta.

Continuará….



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Entre tanto hasta nuestro próximo post.

Comentarios

  1. Preciosa esta parte del relato, Anto, porque el trabajo de David y las enseñanzas de su maestro empiezan a dar fruto, y él a sentir que la vida merece la pena ser vivida.
    Me ha encantado, espero leer pronto la siguiente entrega. Un beso enorme

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    Respuestas
    1. Gracias Chari, en efecto David esta dando paso a una nueva mentalidad, me da gusto ver como has seguido esta historia, pronto vendra una sorpresa que espero te guste a ti y a los demás, Besos

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  2. Siempre se ha dicho que el saber no ocupa lugar, y además está claro que en algunas épocas y lugares, la persona con conocimientos poseía un auténtico tesoro ante la ignorancia de los demás en este aspecto. Por ello David puede tener un gran futuro por delante si se hace escriba. A ver qué le depara el siguiente encuentro :)

    ¡Un abrazo Anto!

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    Respuestas
    1. Correcto Jose Carlos, me alegra ver tu seguimiento a esta historia, como lo dices el saber nos hace grandes, hoy en dia se le da por sentado a muchas cosas que antes eran un gran tesoro, nos acercamos al final y espero que sea de el gusto de todos.

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