Tras de una viene otra, tras de una viene
otra, y nos empezamos a sentir que estamos en una vorágine desenfrenada de
problemas y agobiantes desesperaciones porque sentimos que todo lo malo solo nos
está pasando a nosotros.
Todos
nosotros hemos estado en un torbellino así, sintiendo que todo solo nos pasa a
nosotros, y nos detenemos en innumerables pensamientos acerca de que está
pasando y preguntas internas como ¿Qué estoy pagando?, pero no nos damos el
beneficio de preguntarnos algo muy importante, ¿Qué me está queriendo enseñar
este momento tan duro y difícil? ¿Cuál es la lección tan importante que debo
aprender, por la que tantas cosas suceden al mismo tiempo?
Sucede que
muchas veces estamos tan consientes de lo que nos duele que se nos olvida penar
que hay una lección en cada cosa que pasa, ¡Dios nunca juega a los dados! Todo
ocurre con un objetivo, y muy
posiblemente estábamos tan inmersos en lo bueno que teníamos, que posiblemente
perdimos el camino, y por naturaleza las personas somos tan obstinadas que
necesitamos de un huracán para saber que algo está mal.
Y a veces ni
siquiera eso nos hace entrar en razón, podría ser que esta secuencia de sucesos
sea necesaria para encaminarte de nuevo en los caminos de Dios, quien nunca te
deja solo, sino te invito a que leas el libro de Job, Donde veras que a las
personas buenas muchas veces les pasan cosas malas, para poder ser
engrandecidas debido a su fe.
Y como
sabrás los materiales más duros, resistentes y perdurables que conocemos, se
hacen en las inclemencias más fuertes que brinda el planeta, por lo que no
sería de extrañar que las personas con la mayor fe, bondad, entereza y
fortaleza se forjen tras los martillazos más duros que la vida da.
¡No te
detengas! Amigo mío, no flaquees ante las desavenencias por muy repetitivas que
sean, y por sobre todo, aférrate a tu fe y al amor de Dios, no cierres tus
ojos, puede ser que en estos momentos de dificultad encuentres al aliado de tu
vida, o al amigo mas sincero, es mas puede que encuentres a tu pareja con quien
por siempre afrontaran juntos las tormentas.
Y no pienses
porque a mí, ya que muchas veces estamos en el camino torcido pero como no
vemos tormentas, nos seguimos condenando, si las tormentas están en este
instante, es porque Dios te ama y quiere mostrarte su grandeza y asirte lo más
cerca de su corazón, para cuidarte siempre, por lo que en lugar de decir ¿Por
qué a mí? Dite a ti mismo y a Dios, ¿Que debo aprender? Y sobre todo, ¡jamás me
rendiré!
En estos
momentos tan difíciles y tan dolorosos para tu corazón, recuerda que Dios te
ama infinitamente y esta esperándote para sanarte tus heridas y llenarte de
fuerzas, pues contrario a lo que puedas pensar él no te está dañando sino que
está haciendo de ti, a un ser más fuerte y especial. Capaz de enfrentar las
tormentas con el valor de Cristo.
Recuerda
compartir tus palabras en los comentarios, tus experiencias son las que te
hacen especial.
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Entre tanto
hasta nuestro próximo post.
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