El camino de una vida (parte 5)

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Los números recorrían poco a poco la pantalla del elevador, Jonathan prudentemente guardaba silencio, si bien es cierto nunca le ocultaron la situación que envolvía a su familia durante toda su vida era la primera vez que percibía tanta tensión entre su madre y el único padre que él conocía, Diego estuvo ahí desde que él nació y con sus primeros años de vida el amigo de su madre había sido muy importante en su primera infancia y al cumplir sus 7 años se convertiría legalmente en su padre. En su mente estaba Alison su hermana pequeña no hacía más de un mes que celebraban su octavo cumpleaños y sin saber la historia familiar como estaría en ese momento, pero al ver el rostro de sus padres tan perturbado se retenía a preguntar, ya habría lugar para ello pues de momento su joven corazón también latía a mil y se aceleraba con cada piso que subían pues a fin de cuentas y aunque jamás trato con el hombre en camilla este era su padre biológico. Las puertas del elevador se abrieron y mecáni

¡Matemos al amor!

Mientras ojeaba complacidamente el periódico; deje como otras tantas veces que mi mente divagara con el disfrutar de mi lectura, y entonces recordé que una ocasión mientras leía los editoriales me encontré con una pequeña historia que me gusto mucho y que haciendo esfuerzo de memoria les comparto en esta oportunidad, el autor si no mal recuerdo era anónimo, pero quien lo escribió se anotó un relato con mucho que aprender de él.

Sin más preámbulo aquí está ¡Matemos al amor!:

Cierto día las emociones convocaron a una reunión, se podía ver que había cierto cuchicheo entre ellas, ya que aunque podían intuir de qué venía aquello preferían escuchar antes; lo que en esa oportunidad se iba a acordar, poco a poco los asientos se fueron llenando con todos los asistentes y se podía observar cómo se iban sentando por afinidad, rencor, odio, antipatía, y todas las emociones que se sentían bien con sus similares, se agrupaban para poder ponerse de acuerdo antes de que diera inicio la reunión.

Al fin de tanto, y antes que desesperación estallara, empezó aquel singular congreso de emociones y el primero en romper el silencio fue odio:

-Muy buenas tardes a todos, sé que saben muy bien para que nos hemos reunido hoy, ya ha pasado mucho tiempo en que el amor a tomado el trono como rey de las emociones y es hora de derrocarlo, pues todos nosotros deberíamos tener derecho a reinar también aunque sea por periodos.

Interrumpió el miedo:

-Pero odio, sabemos todos que el amor es muy poderoso y no por gusto llego a ser el rey, como piensas derrocarlo, si alegría que es igual muy poderosa no a podido tomar su lugar.

Rencor tomo la palabra y dijo:

-Yo opino que para que todo sea tranquilo y no crear mucho revuelo en lugar de solo derrocarlo, lo matemos.

Reino el silencio un instante y luego de un intenso murmullo, ya que aunque las emociones como alegría, empatía, cariño y demás debían apoyar al amor, también sentían que ellos debían reinar y envidia no paraba de aconsejarles que así era. Cuando al fin regreso el orden a aquella reunión mal intencionada, tomo la palabra el valor y expreso:

-Yo creo que todos estamos de acuerdo en que debe hacerse, uno por uno intentara matar al amor y el que lo logre quedara primero como rey, hasta que nos aburramos de él, y entonces este deberá ceder su lugar para que nos turnemos los demás.

Todos concordaron en esto ultimo, e iniciaron la operación “matemos al amor”.

Uno por uno fueron tomando turno en el intento, pero siempre regresaba mal, muy débil y diciendo “el amor es muy poderoso, no pude”, cuando al fin todos probaron turno se reunieron de nuevo y discutían que hacer entonces una figura misteriosa y encapuchada dijo al fondo.

-Yo no soy precisamente una emoción, pero me he enterado que quieren matar al amor. Si lo hago, pediré recompensa ya que no me interesa reinar entre ustedes, y mi recompensa será que quien reine siempre estará bajo mi dominio, así todas ustedes reinara una por vez, pero yo seré quien las controle siempre.

Todas las emociones estuvieron de acuerdo, pues lo único que les interesaba era reinar, así que la figura misteriosa solo agrego que necesitaría de unos meses para matar al amor, a lo que todas las emociones accedieron a esperar.

Luego de unos meses, la figura misteriosa llego cargando con el cadáver del amor en un ataúd, todos con asombro vieron que era verdad, ¡el amor había muerto!, sin salir de su asombro preguntaron a una sola voz.

-¿Quién rayos eres?

Y la figura contesto: -LA RUTINA.

El amor es la más poderosa y la reina de las emociones, pero también es fácil de matar por la rutina, no dejemos que esto pase en nuestras vidas y en nuestras relaciones con nuestra pareja. El amor requiere ser alimentado continuamente para que cada vez sea más fuerte y poderoso.

Recordemos que el amor es trabajo de dos, y es un trabajo continuo y siempre siempre debe huir de la rutina.

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Entre tanto hasta nuestro próximo post.


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