Pese a que soy muy nuevo en el
mundo de los blogs, trato de compartir con ustedes de la mejor forma las
reflexiones que puedo ir sacando en mí día a día, y además de lo nuevo que
pueda aprender y comprender de una buena lectura. La meta al final es que
juntos podamos llenarnos de energía positiva y que además podamos ver que en la
tormenta que sacude todo el mundo alrededor nuestro, se puede tener fe en la
humanidad; pero sobre todo en nosotros mismos.
Este día tuve una de esas
experiencias de las que les comento, luego de la cual tomé la idea de esta
entrada…. Todos llegaremos al momento de la paternidad o maternidad según sea el caso, y hasta ese punto comprenderemos muchas cosas que mientras no llegamos
a ese momento, no vemos en su totalidad.
Poder convivir con nuestros
padres ha sido la primera y más extensa experiencia de nuestras vidas, si nos
preguntan ¿Cuál es el primer recuerdo que se te viene a la mente con tus
padres? Sé que pocos traerán a su mente algo material, un obsequio, un monto de
dinero, etc. Más bien lo primero que viene a nuestras mentes es: un viaje, una conversación,
un consejo, así nos damos cuenta que no importa todo lo material que se le
quiera dar a un hijo, los recuerdos más fuertes e importantes que este tendrá será
el tiempo dedicado.
Personalmente si me preguntan acerca
de mis padres, responderé que donde sea que este siempre escucho en mi mente
sus consejos y enseñanzas, que atesoro en mi corazón las largas charlas con
ellos acerca de cualquier tema, bien una película, bien de lo que se trata la
vida, gracias a Dios por ellos, sé que varios de ustedes tienen buenos
recuerdos con sus padres, esos instantes llenos de sonrisas, pero a su vez
tenemos los recuerdos de las reprimendas tan importantes para poder enderezar
nuestros caminos.
Si ya estás en la hermosa
aventura de tener hijos, no mantengas en tu mente la idea de darles todo lo que
no tuviste enfocado en lo material, más bien enfócate en que si tus padres te
dieron muchísimo tiempo de calidad tu puedes y debes darle mas aun a tu descendencia,
y si por el contrario no lo recibiste es tu oportunidad de cambiar la línea de sucesión
y crear tu paradigma de compartir tu mejor tiempo con tus hijos.
Si por el contrario todavía no
tienes hijos, mantén en mente lo anteriormente dicho, recordemos que esos
pequeños de hoy serán los adultos que educaran a los niños del mañana, y si
nosotros les guiamos de la mejor forma y les dejamos en herencia la riqueza de
nosotros mismos en nuestro amor, nuestro tiempo, nuestras palabras, nuestra guía
nacida de la experiencia del vivir. Les estaremos dando la mayor riqueza, no
como cualquier bien material que se queda, se degradará y se gastara con el
paso del tiempo.
Por lo que si le heredas a tus
hijos lo mejor de ti: tus enseñanzas, tus palabras, tu sabiduría de la vida,
crearás un legado que pasará de generación en generación, pasando de padres a
hijos como una enseñanza y una identidad propia de familia, no malgastes tus energías
intentando dejarle un sin número de bienes vacíos e inútiles si una buena guía de
ética moral.
Mejor déjale lo mejor de ti. ¡Tu
mismo!, replica en esa esponjita todo lo bueno de ti, para que sea mejor que tu
cuando llegue su momento de jugar su rol de papá o mamá. Y nunca olvides que si
quieres un ejemplo mucho mayor que el que tus padres te dieron, en tu corazón Dios
te guiara con la sabiduría divina para
poder criar a tus hijos.
Recuerda “señor yo quiero ser
como tú, porque él quiere ser como yo”. Nunca lo dejes solo, te necesita a ti
por lo que eres, más que por lo que le puedas dar.
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Entre tanto hasta nuestro próximo
post.
Buenas, bienvenido a estos lares.
ResponderEliminarTienes toda la razón, lo major que le podemos ofrecer a nuestros hijos es tiempo, y sobre todo, tiempo de calidad.
Una buena reflexión que más de uno debería de tener en cuenta.
Un abrazo.
Muchas gracias por la bienvenida y tus palabras un abrazo fuerte y muchas bendiciones
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