El camino de una vida (parte 5)

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Los números recorrían poco a poco la pantalla del elevador, Jonathan prudentemente guardaba silencio, si bien es cierto nunca le ocultaron la situación que envolvía a su familia durante toda su vida era la primera vez que percibía tanta tensión entre su madre y el único padre que él conocía, Diego estuvo ahí desde que él nació y con sus primeros años de vida el amigo de su madre había sido muy importante en su primera infancia y al cumplir sus 7 años se convertiría legalmente en su padre. En su mente estaba Alison su hermana pequeña no hacía más de un mes que celebraban su octavo cumpleaños y sin saber la historia familiar como estaría en ese momento, pero al ver el rostro de sus padres tan perturbado se retenía a preguntar, ya habría lugar para ello pues de momento su joven corazón también latía a mil y se aceleraba con cada piso que subían pues a fin de cuentas y aunque jamás trato con el hombre en camilla este era su padre biológico. Las puertas del elevador se abrieron y mecáni

Afrontando los problema externos desde tu interior, el inicio de la fortaleza propia

Seguro has escuchado en alguna parte la expresión, “todo lo que me pasa me hace ser como soy” ó “lo que hago me veo forzado a hacerlo”, si, todos las hemos oído o cuando menos utilizado alguna vez, pero que tal si te digo que en el fondo sabemos que estas formas de pensar esta erradas.

No existe ninguna situación externa que condicione tu forma de ser, tus reacciones y tus acciones las decides tú, eres lo que haces de ti mismo para poder afrontar las cosas, hoy les traigo una pequeña historia al respecto:

“Marcos era un gerente de restaurante sumamente empático con sus empleados, siempre que sus superiores lo movían de sucursal todos los que trabajaban bajo su mando pedían ser trasladados junto con el debido a su buen trato con ellos y su personalidad tan especial, cierto día le pregunto uno de ellos ¿como hacia para poder estar siempre tan feliz y tan lleno de energía positiva? A lo que Marcos respondió; - lo decido yo. Al observar la expresión de asombro e incertidumbre en su subalterno sonrió y con amabilidad le explico: - todos los días al despertar tenemos la elección de empezar el día con la seguridad que será un buen día o si será uno malo, yo siempre decido que será el mejor de todos, con cada problema decidimos si sentirnos derrotados y frustrados, yo decido que será una lección para ser mejor, con cada discusión decidimos si permanecer enojado, o en nombre de la razón ceder y hacer las paces, así que siempre yo decido la elección positiva para que las cosas sean positivas.

Una noche mientras él cerraba dos sujetos le asaltaron y sin mediar palabra lo hirieron de bala, cuando estaba en la sala de urgencias a punto de ser operado y mientras le hacían las preguntas de rutina un médico le preguntó - ¿es usted alérgico a algo?, con dificultad Marcos respondió – si, mientras se hacía silencio para escuchar su respuesta el grito -¡BALAS!, mientras sus médicos reían él les dijo – estoy eligiendo vivir así que opérenme como alguien que saben que vivirá no como a un moribundo, ciertamente él se salvó gracias a su actitud de luchador y su energía que contagió a los médicos que lo trataron.

Posiblemente este corto relato te parecerá un tanto exagerado, pero lo que quiero transmitirte es la idea que nosotros a veces pensamos que el medio en el que estamos es el que rige y dicta nuestro ser y nuestro destino, cuando es todo lo contrario, siempre podemos influir en nuestro medio pero para ello debemos primero enfocar nuestros esfuerzos en nuestra mentalidad con la que lo enfrentaremos y mucho mas importante aun el enfoque que tendremos.

Existen problemas que son muy personales y nuestros, para estos casos debemos enfocar nuestra seguridad en que somos capaces de sobreponernos a ellos y que no nos serán de obstáculo, también están los problemas externos e indirectos, los cuales deberemos de enfrentar amoldando nuestras acciones en virtud de nuestro propio ser, tomando acciones que nos lleven a la salida y no sentarnos a ver que sucede para ver que hacemos.

En ambos casos lo más importante es cambiar nuestra naturaleza reactiva a una proactiva, si somos reactivos siempre estaremos esperando a ver que sucede con los problemas, a ver si se logran resolver solos y a tomar una acción solo si de verdad es necesaria según cómo nos veamos amenazados, pero si somos proactivos lo que haremos será prever lo que viene y tomaremos acciones específicas a cada instante amoldándonos a las cosas antes que tan siquiera nos veamos amenazados.

Por ejemplo, ser reactivo seria mas o menos como alguien que ve nubes de tormenta pero espera a ver que ya empieza a llover para buscar refugio donde esperar a que la tormenta pase para seguir su camino, pero alguien proactivo se mantendría al tanto del pronóstico del clima para salir de casa con un paraguas, así cuando empiece a llover podrá seguir su camino con tranquilidad en lugar de tener que correr bajo un techo a esperar que deje de llover.

De igual forma nosotros debemos prever cada tipo de situación o problema, y en lugar de esperar a ver que sucede para actuar, nosotros prepararnos y empezar a tomar acciones antes de que las cosas pasen, y así poder ser como el previsor que sigue su camino en medio de la tormenta protegido por su paraguas.

Pero además hay un tercer tipo de problema que no debemos descuidar y son aquellos contra los que no podemos hacer “nada”, entre comillas porque si podemos, y lo que podemos hacer es trabajar nuevamente en nosotros mismos, en nuestros paradigmas y objetivos, siempre mejorando personalmente y adaptando nuestras facetas para poder sonreír en la dificultad.
Somos los arquitectos de nuestro carácter y de nuestro ser, pero nunca olvides que el mejor apoyo vendrá del amor de Dios.

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Entre tanto hasta nuestro próximo post.


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